Una de tantas dudas albergadas alrededor de los impresionantes monumentos funerarios egipcios y de su cultura en general es saber cómo se logró tal perfección artística en dichos túneles y pasadizos subterráneos en las pirámides. Llama la atención cómo en condiciones de total oscuridad lograron alzar un legado artístico inigualable, muros y paredes bellamente decoradas donde apenas se encuentran partículas de herrumbre u otras señales que nos indiquen que se utilizaron candiles, velas o antorchas para alumbrarse en los trabajos. ¿Entonces?

Los egipcios sus construcciones

Muchas de las pinturas y murales que hoy en día podemos ver bajo las pirámides, salas privadas, enterramientos y templos subterráneos se hallan impresos en auténtica roca virgen, superficies picadas y pulidas sobre las que después se han realizado las labores artísticas en total oscuridad. Es decir, no es que se hayan realizado los trabajos en el exterior y a la luz del día para después instalarlos en esas zonas subterráneas.

Pero entonces ¿Cómo se alumbraban? Los expertos no han identificado humo de antorchas o de velas, ni tan solo algún aplique que indicara que los artistas sujetaban allí materiales con los cuales alumbrarse. ¿Habría personas encargadas quizá de mantener manualmente alguna vela o antorcha? lo desconocemos, puesto que no hay pista alguna que nos resuelva el misterio. Hay quién se arriesga un poco y explica que tal vez se llegaron a utilizar espejos para reflejar la luz solar en el interior de estas oscuras galerías. ¿Se hizo esto quizá en las oscuras galerías del Valle de los Reyes?

La hipótesis de la electricidad

Existe una hipótesis realmente curiosa que merece recordar y que seguramente te sorprenderá. ¿Tenían los egipcios algún sistema eléctrico rudimentario para obtener luz? Existen unos textos del cronista árabe Abdul el Latif que hablan de una especie de «recubrimiento metálico» en el obelisco de Sesostris I en Heliópolis.

Cuenta que había más cómo este, según él, a lo largo de todo el Valle y se utilizaban nada más y nada menos que como pararrayos, para proteger así las  inmediaciones de los templos. Soprendente e inquietante. Se habla incluso de que estaban recubiertos de una aleación de oro, plata y cobre, y que eran conocidos como «Electrum».

Un dato más a tener en cuenta es que, en algunos gravados se pueden ver unos objetos muy semejantes a nuestras actuales lámparas. En Déndera, por ejemplo, podemos ver unos muros donde apreciamos algo parecido a lámparas en forma de peras con unos filamentos en su interior. ¿Bombillas tal vez?  parecen estar sujetas por un pilar djed, símbolo de energía, estabilidad y poder, muy extendido en todo Egipto.

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Grabado de Dendera

Arqueólogos como Alfred Waitakus y  John Harris nos dicen que dichos jeroglíficos hacen referencia a la luminosidad como conocimiento y poder de Isis. Es decir, la luz era algo parecido a un legado de los antiguos dioses. Para muchos, estos relieves de Déndera se parecen mucho a lo que se conoce como «tubos de crookes». ¿Y qué son? te preguntarás. Se trata de una especie de conos de cristal ideados por el científico William Crook es en el siglo XIX. Serían unos precursores de las conocidas bombillas actuales.

En el relieve de Déndera lo que vemos es una especie de rayo que origina la luz en cable eléctrico, que a su vez aporta luz al templo representándose como una especie de serpiente extendida. La cola de la serpiente empieza en una  caja  para después finalizar en un tubo y después en la luz. Los ingenieros y los arqueólogos se emocionaron al ver esta sorprendente representación.

Pero ¿Podemos concluir entonces que los antiguos egipcios utilizaban ya la luz eléctrica? En absoluto. No hay vestigio alguno en subterráneos, túneles o cámaras inferiores de las pirámides. No hay instalación alguna, no hay cables ni dispositivos eléctricos. Nada. Pero ello no quiere decir que los egipcios no sintieran ya cierta inquietud hacia la energía que los rayos del cielo dejaban intuir. Tal vez veían en esos fenómenos poderosos y llenos de luz, una pista sobre lo que tal vez se podría conseguir. Pero no hay prueba alguna de que dispusieran de lámparas o bombillas. Entonces ¿Cómo conseguían pintar y esculpir tales maravillas en tales condiciones de oscuridad? Tal vez debamos empezar a valorar la técnica de los espejos