Las versiones originales de cuentos infantiles están cargadas de romance, de ilusión y personajes bondadosos que se enfrentan a crueles villanos y siempre logran salir victoriosos. Pero, si profundizamos en la investigación, en el lado oscuro de esas historias, nos encontramos con cosas totalmente diferentes. La verdadera historia de Caperucita Roja dista mucho del cuento que nos vendieron las películas de Disney.

Lo que se esconde en realidad tras la clásica historia de esta muchacha vestida con un manto y una caperuza del color de la sangre, es tan oscuro como las propias fauces del lobo con el que se encuentra. Tradición y misticismo, leyenda y antropología se inscriben en este cuento que, como sabes, es el reverso tenebroso de lo que les leemos a los niños por las noches. ¡Acompáñanos en Supercurioso a descubrirlo!

1. Los orígenes de la historia de la Caperucita Roja

la verdadera historia de Caperucita Roja

La verdadera historia de Caperucita Roja es, según los expertos, de las que más variaciones han sufrido a lo largo de la historia. Una leyenda que tiene sus orígenes en la Edad Media y que fue recogida posteriormente por distintos autores para darnos una visión ligeramente distinta de la fuente original.

Charles Perrault fue el primero en incluir a la Caperucita Roja dentro de sus cuentos populares en 1697. A diferencia de Hansel y Gretel, por ejemplo, la Caperucita no era muy conocida en Europa. Tenía su tradición en un escenario cerrado y limitado, como era el norte de los Alpes. Sin embargo, la historia tenía bastante interés y valía la pena incluirla y difundirla entre la población. Pero eso sí, Perrault vio necesario hacer unos cambios para que fuera «apta» de cara al público infantil.

En 1812, los hermanos Grimm decidieron también tomar la verdadera historia de Caperucita Roja y hacerla suya. Cambiando el final y basándose sobre todo en la obra de Ludwig Tieck llamada «Vida y muerte de la pequeña Caperucita Roja» (Leben und Tod des kleinen Rotkäppchen), tragedia en la que aparece por primera vez la figura del leñador.

Los hermanos Grimm se afanaron, además, en pulir algunos aspectos del cuento, detalles morbosos y eróticos, también los sangrientos, añadiendo, claro está, un final feliz donde todos se salvaran a excepción del más malvado de todos: el lobo.

2. Entonces, ¿cuál es la verdadera historia de Caperucita Roja?

la verdadera historia de Caperucita Roja

Lo más probable es que conozcas las versiones infantiles que se han realizado sobre la pequeña nietecita que va al bosque a visitar a su abuela y se encuentra con un malvado lobo. En la verdadera historia de Caperucita Roja, se mantienen algunas cosas, pero otras, cambian de manera radical.

La protagonista del cuento es una joven. Nada cambia aquí. Una niña a quien ordenan que lleve leche y pan a su abuela. La muchacha acepta con algo de inquietud, pero decidida. Sabe que no es un trayecto fácil y que debe atravesar un bosque que la gente del pueblo temen.

Es una zona frecuentada por lobos. Pero ella accede, se cubre con un manto rojo muy llamativo y avanza tranquila por ese bosque espeso y solitario hasta llegar a la casa de su abuela. Todo ha ido bien. Está a salvo. Al entrar, ve a su abuela enrollada en la cama. Parece cansada, tiene la voz algo extraña. pero no le da importancia. Le indica que le ha traído leche y pan, a lo cual, su abuela, se lo agradece y le indica que coma algo… que en la alacena tiene algo de carne.

La joven se prepara la carne y la come con hambre. Minutos después, la abuela le indica que se quite la ropa y se acueste junto a ella, en la cama. En la verdadera historia de Caperucita Roja, la joven va desprendiéndose de cada pieza de su ropa siguiendo las órdenes de su abuela. Todo lo debe arrojar al fuego: falda, medias, ropa interior… la caperuza.

—»¿Por qué?»— pregunta la niña ante esa orden

—»Porque ya no te van a hacer falta«, responde la abuela con voz profunda.

Cuando la chica, desnuda, entra a la cama, descubre que no es su abuelita quien está allí, sino el lobo. Que entre mofas le revela que lo que acaba de comer hace un momento, no era carne de animal, sino parte de su abuela. Y que ahora él, el lobo, va a devorarla a ella. Y así lo hace. Terrorífico. ¿No es así?

3. Los elementos culturales en la historia de la Caperucita Roja

La verdadera historia de Caperucita Roja tenía su origen en dos ejes centrales: los ritos de iniciación y el canibalismo. Nos encontramos con una niña que abandona su casa, su familia y la civilización para adentrarse en el bosque en soledad. Va cubierta por un manto rojo, que viene a simbolizar la menstruación y el despertar sexual. Es, sencillamente, un rito de iniciación.

El lobo encarna, a su vez, la sexualidad más primitiva, letal y salvaje. Un enemigo más al que nuestra joven debía haber hecho frente, pero que no consigue vencer. Sin querer cae en esa dimensión tan temida y prohibida que es el canibalismo, devorando a esa anciana que representaba lo caduco y lo viejo, lo que debía ser trasmutado.

Como podemos ver, las interpretaciones antropológicas beben de esas raíces antiguas de nuestro pasado, de esa zona de los Alpes donde surgió la historia y del simbolismo de los lobos.

Esta historia teje sus oscuridades a partir de las entidades más primitivas del ser humano, algo que aún hoy nos cuesta un poco comprender por lo lejano y por lo terrible. Por eso preferimos difuminar con aspectos más suaves y accesibles esas imágenes de los cuentos clásicos como la historia de la Caperucita Roja. Trasformando este cuento de terror psicológico y antropológico, en uno que poder contar a nuestros niños para hacerlos dormir tranquilos, sin enturbiar sus sueños.

4. Otras historias verdaderas

Y si te ha gustado conocer la verdadera historia de Caperucita Roja, también puedes leer nuestros artículos en los que descubrimos junto a ti la realidad detrás de todos los cuentos de hadas y de la historias más conocidas. No te pierdes esta selección que hemos hecho para ti.

Y tú, ¿Conocías la verdadera historia de Caperucita Roja? ¿Qué piensas de esta oscura versión? Anímate a dejarnos tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte!