Puede que seas de los que piensan que los animales no tienen sentido del ritmo, que no saben lo que es la música y aún menos disfrutar de ella. Pero no tenemos más que dar un pequeño vistazo a los múltiples vídeos que se pasean por las redes sociales o por Youtube, para ver cómo muchas personas muestran con orgullo las dotes de ritmo de sus mascotas. Loros que cantan y bailan siguiendo a Tom Jones, o perros que aúllan escuchando a sus dueños tocar alguna nota de Chopin al piano. Pero vayamos un poco más allá… ¿y si te dijéramos que existe una simpática leona marina a la que le encanta la música y que bailotea con total soltura?

La leona marina que adora la música

Hasta el momento, los biólogos sabían que lo que nosotros entendemos como «sentido del ritmo», solo estaba presente en algunas especies como los loros u otras aves, que en realidad y aunque te sorprenda, disfrutan como cualquiera de nosotros de la música. Cantando e incluso bailando. Bien, hasta aquí todo correcto… pero hace poco se ha conocido un caso que ha dejado a medio camino entre la sorpresa y la expectación tanto a biólogos como a veterinarios: una leona marina que baila. Un animal del océano que disfruta de la música.

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El fenómeno iniciado por la preciosa leona marina, Ronan, ha sido presentado en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), en Chicago, sorprendiendo a entendidos y curiosos.

Ronan ha estado bastante tiempo en un laboratorio habilitado para ella en Long Marine, en la Universidad de California en Santa Cruz (UCSC) en Estados Unidos. ¿Su virtud? Es capaz de seguir el ritmo de todo tipo música, disfruta con ella como cualquier humano moviendo la cabeza y el cuerpo como una bailarina de coro de Elvis Prestley. Ronan es una leona marina de la especie Zalophus californianus, una espectacular criatura rescatada en 2009 por el Centro de Mamíferos Marinos en Sausalito y llevada al Long Marine Lab en 2010.

Fue aquí precisamente donde sus cuidadores descubrieron de modo casual cómo se movía al escuchar cualquier melodía que salía por la radio. Era tan llamativo su comportamiento que no tardaron en preparar un programa especial para ella al percibir la gran habilidad de sus sistemas cognitivos y sensoriales. El proyecto estuvo dirigido por los investigadores de la UCSC Peter Cook y Andrew Rouse, quienes primero pensaron que era mejor enseñarle a moverse ante ritmos muy bajos.

Pero poco a poco, la propia Ronan fue ampliando sus movimientos y registros, reaccionando ante cualquier ritmo, sonido o música. No le importa si es rock, pop, salsa o música clásica. No le importa que sean grandes éxito o novedades, ella mueve la cabeza de inmediato adaptándose a la perfección a cualquier compás, tendencia y ritmo. Ver bailar a Ronan es algo realmente espectacular y gratificante. Una auténtica maestra de baile que muy bien podría abrir su propia academia. El éxito estaría más que asegurado.

De momento, esta leona marina es el orgullo de sus cuidadores y un ejemplo de los biólogos para demostrar que son muchos los animales que en verdad pueden llegar a disfrutar de la música. Si hace poco te hablábamos de la beluga que canta como un borracho, seguro que ahora te ha encantado conocer también a la leona marina que es capaz de bailar. Porque, ¿Quién dijo que aquello de que el mundo del mar era un aburrimiento?